sábado, 21 de febrero de 2015

Los falsos Profetas

Los falsos Profetas

 El 9 de febrero de 2015, la sociedad colombiana amaneció escandalizada por dos temas en especial: el primero, de mayor repudio y dolor para la sociedad colombiana, la masacre cruel de 4 niños en el departamento del meta que se suma a los 23 niños asesinados en el departamento del Valle del Cauca y el descuartizamiento de un niño en el municipio de la Vega, Cundinamarca, ubicado a una hora de la capital de la República de Colombia. Todos, casos resultado de un sociedad enferma que cada vez pierde más sus valores axiológicos descargando su ira y barbarie en los más vulnerables que la componen.
El segundo escándalo es el contrato FP. 093 del 2014, firmado entre el Gobierno Colombiano y la Corporación Visionarios que es dirigida por el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus, persona que se ha caracterizado en el país por tener una imagen de transparencia cuyo mensaje central es no aceptar la política “del todo vale” y rechazar la cultura de los “atajos”, todo con el fin de luchar contras las tradicionales usanzas de la clase política colombiana.
El señor Mockus está liderando una marcha ciudadana en favor de la vida convocada para el próximo 8 de marzo, evento de movilización que él mencionó es de su “iniciativa propia”, sin hacer referencia que había desarrollado el contrato  antes mencionado cuyo objetivo general de contratación contempla "invitar a una movilización ciudadana que promueva el respaldo social ante las conversaciones que adelanta el Gobierno y las Farc en La Habana”, razón que ha generado controversia frente a la verdadera transparencia de este líder  de la sociedad colombiana, no porque esté actuando de manera ilegal, sino por el cuestionamiento moral frente a si era bien obrar al promover una marcha calificándola como de iniciativa ciudadana e independiente, luego de recibir un contrato por más de $480 millones de pesos.  
Esta nota no se quiere centrar en señor Mockus, pero si quiere a partir de su pensamiento mostrar que él no es el adalid de la moral que quieren vender los medios de comunicación, la clase política tradicional e inclusive algunos “intelectuales” que se han dejado convencer de su elemental discurso de la honradez, que es importante, pero ha velado la tendencia claramente neoliberal y muy cercana al Uribismo, como se muestra en el 2003 al ser condecorado con la Estrella de la Policía por el entonces Presidente Alvaro Uribe Vélez, calificándole como “un timonel firme, sin vacilaciones, sin titubeos”[i] y más cercano aun se mostró en la campaña del 2010 reaccionado ante la crítica del entonces presidente afirmando “usted es mi presidente, usted es mi presidente”, asimismo se inventó un sofisma acerca de la política de “seguridad democrática” de Uribe por el de “legalidad democrática”. Inclusive en una entrevista el 14 de abril del 2010 a CM& (noticiero de televisión colombiano) argumentó que “¡las balas también son una herramienta pedagógica!”[ii] y en 1998 se presentó como candidato a la Vicepresidencia del Partido Conservador junto a la candidata Noemí Sanín, la misma que en sus época de Ministra de Comunicaciones en el gobierno de Belisario Betancur prefirió presentar un partido de fútbol a todo el país para no mostrar lo que estaba ocurriendo en la toma del Palacio de Justicia.
Podría seguir ilustrando más situaciones en las cuales este líder ante la opinión colombiana se muestra como un héroe de la política, pero que de fondo su comportamiento es igual que el de la mayoría de políticos colombianos con los cuales se ha unido y que aplica políticas que mantienen el statu quo del país, donde la inequidad es uno de su grandes males.
Así mismo los colombianos hemos venido comprando falsos profetas que en épocas electorales ofrecen un futuro promisorio como “el salto social”, claro con un elefante de corrupción a sus espaldas. “Mano firme, corazón grande”, firme para los falsos positivos, chuzadas, colapso de la salud, enriquecimiento de su familia y otorgando subsidios a los grandes hacendados; “La Bogotá, Positiva” se robó la ciudad con el “carrusel de la contratación”; “la Bogotá, Humana” a pesar de algunos logros sociales, aun le falta camino para recorrer y cumplir su promesa electoral… Finalmente nos quieren entrar en la idea que la justicia transicional es para todos, inclusive para aquellos que han cometido delitos atroces a nombre del estado o que han jugado para todos los lados de la guerra con tal de lograr sus interesas particulares, extrañamente aquí no apareció el señor Mockus con su discurso de “la vida es sagrada” y el apego a la legalidad ¿será que le debe favores de más de $400 millones de pesos a la clase política y lo han silenciado?
También cada cierto período llegan los encuestadores vendiéndole a Colombia que es el país más feliz del mundo, dato absurdo cuando es el país 12 más inequitativo del mundo según el Informe Mundial de Desarrollo Humano. Los periodistas cada mañana presentan noticias de interés  con cortos tiempos o sin mostrar pluralidad investigativa centrándose únicamente en fuentes oficiales o dando interés al amarillismo y a la farándula, manteniendo a la ciudadanía sino desinformada, si medio informada.    



[i] MENA S, Luis Alfonso. Doce preguntas al candidato del Partido Verde Colombiano. Mockus más allá de los mitos. En: ALAI América Latina en Movimiento. 22 de abril de 2010 (On line: http://alainet.org/active/37562&lang=es )